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Breve reflexión sobre el cumplimiento del deber

O la doctrina del premio (al respecto de algunos destapes sobre la Iglesia Católica)

«Condiciona a la gente para que no espere nada y tendrás a todos excitados con la mínima cosa que les ofrezcas»

Iván Pavlov

Publicado: 2015-03-24

Hoy en la mañana me topé con una publicación de mi entrañable amigo Italo Zeballos en la que compartía un enlace sobre un escándalo (más) de pedofilia en la Iglesia Católica, aunque noticias como esa ya no sorprenden a casi nadie (los escándalos en torno al clero son innumerables), lo que me atrapó fue la airada reacción de una persona en particular que exigía (no recomendaba) se investigue también lo bueno de la iglesia.


sí, el primer comentario

¿Por qué deberíamos investigar, conocer y resaltar "lo bueno" que hace la Iglesia Católica? A mi parecer deberíamos desterrar la tara de "reconocer" el mero cumplimiento del deber, es cierto que esta institución tiene toda una doctrina social, pero habiéndose establecido esta doctrina, ¿cumplirla no es acaso su deber? Del mismo modo que los logros del Observatorio Astronómico Vaticano responden a la tremenda deuda histórica de la Iglesia para con la ciencia (gracias Galileo), hacer un reconocimiento de cada obra de una institución que, se supone, existe para las buenas obras es prácticamente lo mismo que felicitar a un trabajador por llegar puntual a su centro de labores, así como llegar puntual no es un logro sino lo mínimo que se debe esperar, que una institución de alcance mundial cumpla sus propósitos no debería ser nada raro, pero nos hemos acostumbrado a no esperar nada o a esperar muy poco, entonces, como decía Pavlov, lo mínimo nos excita; vivimos la doctrina del premio, estamos condicionados a babear ni bien cumplimos con nuestro deber, como esperando una croqueta.

Sobre el segundo comentario no hay demasiado que decir, asumiendo que el autor quiso decir "imparcial" en vez de "parcial" lo único que puedo hacer es recordar que los sacerdotes tienen un lugar especial en las comunidades católicas: el católico confía en su sacerdote, le confiesa sus culpas, deja a sus niños a su cuidado para que estos sean instruidos en la doctrina correspondiente a su religión, por lo que, si un tipo investido y al que se le confía tanto abusa de su posición lo menos que puede hacer uno es indignarse; de hecho son los católicos, por estar más cerca de los sacerdotes, quienes deberían indignarse más, porque, si yo fuese parte de, no admitiría la presencia de criminales en la Iglesia. Así como en Chile, donde los inflamados son los fieles.



Escrito por

Ricardo Iván Eyzaguirre Pérez

Tacneño, falso profeta, descreído y un poco misántropo, fuera de eso un tipo normal. https://eodracir.blogspot.com


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